REFLEXION GENERAL
Ahora piénselo. ¿Qué necesidad hay de organizar partidos de fútbol profesional en estadios con capacidad para miles de personas si se sabe, con absoluta certeza, que entre los asistentes habrá, además de hinchas y barristas, una cantidad importante de delincuentes y malandros a los que no se les podrá controlar? Probablemente la misma necesidad de organizar exposiciones de vídeos de Trampolín a la Fama si tuviésemos la certeza de a que todas y cada una de ellas asistirán cientos de desadaptados y delincuentes que causarán destrozos.
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